ALONSO CASTROVIEJO,CARMEN
Nací en Bilbao. Llevo el paisaje industrial tatuado en la memoria de cruzar lo que ahora son vestigios de hierro y astilleros para llegar al Conservatorio. Aquel pulso fabril dejó un metrónomo en mi pecho. Encontrar un buen maestro es lo mejor que le puede pasar a una persona, casi como encontrar un amor. He pasado años estudiando a los griegos en la Escuela de Humanidades, cursé Magisterio y dos años de Bellas Artes. Todo sirvió para combinar el ajuar de ejecutiva en una empresa del Ibex 35 durante treinta años, parte en Madrid. Tengo respeto por las cicatrices. Creo que Exel envía mensajes secretos en sus fórmulas, considero más fácil aprender la Cábala que una tabla dinámica. Me gustan las personas y me considero leal, podría ser un buen perro. Aunque ansío un desapacible lugar en el infierno para la gente que hace ghosting. Un perro nunca desearía eso. Mis olores favoritos son el de la leña quemada y el de la habitación de un bebé. Rara vez llego a tiempo. A algunas cosas llego tarde y a otras, demasiado pronto. Pero me alegra saber que la vida puede renovarte el huso horario como para publicar un libro.