DESARD, MAËLLE
Maëlle Desard dejó su Alsacia natal en 2010 para instalarse en tierras helvéticas. Plantó su tienda de campaña a orillas del lago Lemán, lo más cerca posible de los grandes revolvedores de caquelones (no te molestes en buscarlo: no existen. Estamos hablando de fondue. De queso. En cantidades industriales). Se considera una forofa de los videojuegos. La verdad es que solo ha jugado a uno en toda su vida, pero durante catorce años seguidos, así que cree que, teniendo en cuenta que ha cumplido poco más de treinta años, algo tiene que contar. Es una ávida lectora y muy soñadora. Devora todas las novelas de géneros fantásticos que le caen en las manos, aunque siente especial predilección por las escritoras y escritores que combinan humor y aventuras. Y cuando tiene los ojos miopes tan cansados como para sumirse en las páginas de una novela, se pasa a las series, que consume sin ningún tipo de moderación. Así que no le quedaba otra que coger la pluma para plasmar en papel sus sueños más descabellados.